jueves, 9 de marzo de 2017

Rota.

  Me miras con los ojos cargados de sentimiento, sonriente, mejillas sonrosadas, melena rebelde, perfecta, impoluta ¡No de nuevo! Tu imagen es producto de mi retorcida mente, que ríe mientras me destruye sin ayuda alguna, de manera cuasi mefistosa. Logró que te idealizara, que me convirtiera en masoquista: cuanto más daño me hacías, más me aferraba a vos, cubriendo todo con densas capas de mentiras. Me derrumbó pedazo a pedazo para luego dejarme a solas con la estúpida realidad. Me consumió hasta que ya nada de mi quedó.
 Pero acá estoy, anhelando que me desarmes, que vuelvas para vivir en esa dañina fantasía mental que tan real e inquebrantable se percibía.